martes, 1 de noviembre de 2011

Tricampeonas de Europa (4-2)

Tras la cómoda victoria ante la cenicienta del torneo Suiza (10-1) y la remontada in extremis de Portugal ante Francia, España sólo necesitaba un punto en el último partido para revalidar el título. Sólo había un inconveniente: el rival. Una derrota ante Portugal otorgaría el título a las lusas eclipsando un brillante torneo de manera dolorosísima. Había que trabajar durísimo hasta el final. Por ello, las chicas de Mazón firmaron un imponente partido y no dejaron opción a su rival para sumar su tercer título continental e igualar así a su rival.

Las campeonas de Europa posan con su trofeo / fep.es
Desde el inicio, ambas escuadras demostraron que estaban jugando una final. El ritmo era altísimo y las ocasiones no paraban de sucederse. En el primer minuto Lee envió al larguero una bola y poco después Salicrú evitó el gol de Sousa tras una magnífica acción individual. La alta intensidad ofensiva del encuentro amenazaba por convertirlo en aleatorio. Ante la sucesión de golpes, el tremendo potencial de ambos equipos podía romper el partido en cualquier instante. España se percató de la situación y recordó que el patrimonio patrio radica en la elaboración del juego, ése que marca la diferencia y empequeñece al rival. Cuando el dominio comenzó a hacerse palpable, un agarrón de Paulo a Tarrida que los árbitros interpretaron como falto directo dio a España la ocasión de adelantarse en el marcador. Lee no la desaprovechó y la selección comenzó a acercarse al título.

España continuó dominando el encuentro, ya con más tranquilidad una vez cobrada la ventaja. A pesar de ello, los contragolpes volvíeron a generar un peligro, que sin embargo, no era capaz de superar a Salicrú, impecable durante todo el torneo. No obstante Sousa materializó el empate sobre la bocina y España se fue al descanso bastante incendiada merced a las protestas de todo la plantilla

El duro golpe recibido espoleó a las españolas hasta la victoria en la reanudación, pues en sólo cuatro minutos sentenció el partido. Casarramona tras una jugada combinativa con Lee, Tarrida a pase de la propia Casarramona, y Díez en acción individual rentabilizaron al máximo el espectacular inicio de la segunda parte y dejó sin respuesta a Portugal. España durmió el partido como acostumbra y controló a la perfección unas contras lusas que ya no eran tan inquientantes. A dos minutos del final, Marta Soler fue expulsada con la azul al cortar un contraataque portugués que también fue marcada como pena máxima. Sousa la convirtió y firmó un marcador tan definitivo como infructuoso para sus intereses.

Tras la bocina final, el júbilo español invadió toda la cancha de Wuppertal, una ciudad que este inconmesurable grupo dirigido por el experimentado Carlos Mazón nunca olvidará. Allí pasó a encabezar la élite europea, una posición que, dado el brillante trabajo de la federación no será difícil mantener,






No hay comentarios:

Publicar un comentario